Es a mis 35 y pico de años que me detengo a pensar en que mi madre se ha preocupado por mi.
No solo con ese amor de madre esperable en cualquier circunstancia... si no, que mi madre se ah preocupado por mí, por que me ve feo. Ella que siempre soñó con nietos, veía la tarea de que una mujer se interesara en mí como una misión imposible.
Ella es una mujer practica, por lo que se encomendó en enseñarme toda tarea inherente al hogar a sabiendas de que iba a ser el único en esa casa... me enseño como limpiar, como lavar, a cocinar. También me enseño como comer con 5 cubiertos, como la aristocracia local esperaba que se trate a una dama, a bailar vals, rock, americano, salsa... me introdujo en la lectura para que sea un buen conversante, música clásica para entrenar el oído.
Siempre con la esperanza de que llegada la oportunidad, estos conocimientos brillen y opaquen mi fealdad.
Padre vio estas enseñanzas con un verdadero temor a que (ocurriera lo peor y) me convirtiera en un mariquita, es por eso que nivelo las enseñanzas. Lo suyo fue enseñarme de pesca, caza, armas, futbol, putear, comer a lo criollo con pan y cuchillo, finanzas, mecánica, política y rock nacional.
Cuando empecé a tener éxito con mujeres, calculo que por mi diversidad de conocimiento, papá y mamá respiraron tranquilos. Lo que tantos años pensé como simple amor parental, no era otra cosa que mis padres viéndome feo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario