lunes, 14 de octubre de 2019

una mañana lisergica

Una suerte que después de 4 años de matrimonio y no se cuantos mas noviando 
por fin podamos compartir el medio de transporte al trabajo con Sonia... Por suerte ella se baja antes, esas dos estaciones hasta mi punto de llegada son la gloria! puedo escuchar a los ramones al palo!
Ella de todos modos es super comprensiva y lo que es mejor, somos muy parecidos. Resulta que me vio poniéndome los auriculares desesperado cuando salía por la puerta del subte. Esa noche charlamos riéndonos del tema y acordamos que los dos iríamos cantando cada uno en lo suyo en vez del silencio incómodo de la pareja que esta junta todo el tiempo.

Es así que los primeros días bajo esta nueva filosofía fueron los mas felices de todos. Podía cerrar los ojos y jugar con pedales invisibles y tocar el riff sobre el mango del portafolio o en el aire o en algún sujetador. Sonia por su parte era mas de cerrar los ojos y sacudir la melena, me juego que escucha los cds viejos de Ricky Martin.

Lo extraño pasó justo ahora. Abrí los ojos para ver por donde andábamos y resulta que el subte está parado entre la estación Palermo y Ministro Carranza. Esta medio a oscuras todo... La codeo,
scht Sonia! pasó algo. LOCA! la zamarreo para que reaccione, me mira de muy mal modo y me putea. claro...
- Que pasó?
- Lo mismo me pregunte yo. que pasó? que conchudos nadie nos dijo que nos bajemos que se rompió el subte. Seguro se inundó mas adelante o algo así.
- Bueno, bajemonos que le vamos a hacer.
empezamos a caminar por el costado de la vía en ese tétrico laberinto de bichos y ratones. Se ve una luz al fondo y de frente, a unos 100 mts. para atrás no se ve nada... escucho un chirrido y el subte de enfrente pasa a los gomazos y se escucha otro ruido mas de atrás. corremos! corremos por nuestra vida. llegamos al andén y subimos llenándonos de mugre en el proceso. La estación está desierta, se escucha el impacto. nuestro subte se enrolla contra el túnel de acceso. pasa otro subte mas del lado de enfrente sin frenar.
Subimos, Sonia está en estado de shock, yo sigo conmocionado.
No vemos a nadie. Llamo al 911, no contestan. a los bomberos, defensa civil, no existe mas nadie.
no atiende mas nadie, no se escucha nada mas que alguna paloma.
nos abrazamos en el medio de un congestionamiento de autos sin conductores, algunos siguen en marcha. Corremos hasta Cabildo y Olleros tomados de las manos. Nos abrazamos en medio de
Cabildo.
Nos quedamos solos.
La gente desapareció.
Uno a uno fuimos encontrando aviones estrellados sin gente. Incendios aquí y allá que fuimos solucionando. Inundaciones...
El pasto creció y fue lentamente tapando todo, una lastima que el último hombre y la última mujer del mundo no se lleven lo suficientemente bien como para buscar descendencia o por lo menos vean si el otro sigue con vida.

martes, 8 de octubre de 2019

los hombres lloran


Juan Diego Gelmans se levantó esta mañana como tantas otras. 
Exactamente 14601 mañanas con la incertidumbre de si era la misma persona que se acostó la noche anterior.

Estaba solo en su casa, arrastró los pies por la pieza hasta ponerse las pantuflas de peluche obviando que es agosto y en esta parte del mundo hace calor... mucho! pero el tenia los pies helados!
Se lavo los dientes y el cepillo paso muy atrás produciéndole una arcada que lo terminó de despertar.
Fue hasta la cocina y no quiso moler café así que se hizo uno instantáneo, busco la leche en la heladera para cortarlo, (abrió el cartón, lo olió y lo guardo) el olor de la leche fresca le hizo revoltijo en la panza.

Fue la segunda alarma de la mañana.

Camino hasta la cocina para poner la parrillita para hacer tostadas, (Juan cree que sin el miedo a quemar las tostadas no se disfrutan tanto) todavía quedaba un poco del aceite que salpicó el salmón que hizo la anoche anterior para cenar. Esta vez directamente vómito en el lavaplatos al ver con horror las gotitas de aceite y al sentir que el aroma a pescado le inundaba la nariz. Por suerte el lavaplatos estaba vacío.

Se agarró la cabeza. 

Después de limpiar todo busco información desesperado en su teléfono móvil.
ME HIZO MAL LA COMIDA! fiuuuu no pasa nada.

volvió a su café y a sus tostadas perfectas (sin manteca salada ni dulce por las dudas de incrementar el cuadro estomacal). Aunque le empezó a recorrer un hilo de transpiración en la columna con una sola intención. Que se levante a buscar la manteca salada y el dulce de durazno... cada mordisco era una puñalada en el corazón del tipo que no le gusta cortar la rutina.

Se tomo un efervescente de alikal y se acomodo para ir al gym antes del almuerzo por que uno de los pocos amigos (en realidad un conocido del trabajo antes de jubilarse) que aun le quedaban le habia dicho que es la mejor forma de perder peso y como estaba entrado en kilos, ahora hacia eso. Busco su ropa deportiva pero estaba sucia... mala suerte dijo mientras se alegraba internamente.
Se dispuso en cambio a hacer lavandería. El short del Barcelona estaba roñoso, tanto que él mismo se molesto, no obstante así y todo quiso asegurarse y olfateo con ganas lo más cerca que pudo en la zona del culo. 

Una nueva arcada.

No quiso ni tocar la remera ni mucho menos las medias. Así que abandonó la empresa y consternado por el reflujo que subía por la garganta busco ayuda nuevamente.

Corrió al baño a vomitar como es debido.

Ahí va el desayuno... salió del ñorsi luego de enjuagarse la cara. No habia otra respuesta lógica. Juan se sentó en la cama y volvió a abrir su teléfono celular para ver la segunda posible causa de su malestar. 
Estaba embarazado y no cabía otra explicación. Leyó uno a uno los síntomas y todo concordaba. En ese instante, ese instante donde su vida se paralizó, rompió en llanto.