lunes, 1 de abril de 2019

mi primer nemesis

Me gusta divagar sobre mis triunfos de la niñez, en algún punto creo que eso va a impresionar al público o sea a vos querido lector. Y claro, desde lo académico voy a tener una mejor aceptación. Aunque es todo una excusa para seguir divagando en mis recuerdos de tiempos mejores.

Esta es la historia de mi némesis de la infancia, Meliza (la hija del panza).
No se por que no nos caiamos bien, quizás nos repeliamos por cuestión de piel, factores sociales o simplemente nos odiabamos por que habia que odiar a alguien.
Familia muy amiga (en ese momento) de la mía, sobre todo de mi tío, el bocha.
Alguna vez supe ir a su casa a "ver" a su padre, me acuerdo que su doberman ( de color marrón claro) me mordió, inaugurando mi primera mordida de perro.
Cada vez que ellos venían a casa yo le hacia entender a esa rulienta que no era bienvenida. Nos odiabamos mal! 
Íbamos al mismo colegio, solo que ella por la mañana y yo por la tarde por lo que no nos cruzábamos, por suerte!

En esa época yo era bastante atlético y me gustaba competir en todo. Salto en largo, resistencia, postas... voley, futbol... lo que venga!

Me acuerdo que entre las escuelas cristianas del distrito se desarrollaron unas competencias interescolares! y quedé seleccionado para salto en largo y resistencia.
Mamá trabajaba en la zapateria de papá por esos tiempos. Yo tenia un solo pantalón y necesitaba un elastico nuevo por que se me caia. cuento largo dicho corto... me olvide de avisarle y el día del torneo por no molestar a mamá me fui con los pantalones como estaban.

Cuando entre a la cancha de salto en largo y la vi al costado, mirando atenta... obviamente esperando que falle!
que tupé el pararse al lado de la pista, solo para verme fallar. y yo que me sostenía los pantalones con una mano! y nadie me decía nada, nadie se daba cuenta! mi infelicidad y mi cara de pánico no eran nada para los docentes que me sonreían como si estuviera todo bien!

Salto y el desenlace obvio sucede, nulo. Vuelta a la ronda y hago el segundo salto que también fue nulo, la tercera y última meto un 2,10mts que me dejaba último o casi, pero fue lo suficiente para que me levanté de la arena con una mano al cielo y con la otra sosteniéndome el pantalón, digno, con la frente en alto.
Me escondí un poco para llorisquear. Por que no le iba a dar otra satisfacción a esa.

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