lunes, 25 de marzo de 2019

yo era un defensor y un armador tremendo! y también arquero

No me gustaba jugar en otra cancha que no sea la del viejo centro comercial del barrio y con mis amigos, desconfiaba del resto.
Tuve mucha envidia de los que pueden pararse en un costado de una cancha cualquiera con una pelota abajo del brazo y a todo el mundo sonríe y a todo el mundo le pregunta si le falta uno...
Nunca me senti comodo jugando a 10 cuadras de casa de "visitante".
Yo era bastante flaquito y me habían robado un par de veces, transcurridos mis primeros 14 años y me habían fajado un par mas, vaya uno a saber por que...

El problema transcurre en que mi compañero de aventuras, mi hermano mellizo, gemelo y mejor aliado (de diferentes padres) vive a exactas 19 cuadras de la casa de mis padres, lugar que me vio crecer, el rocko es primo por desicion, ya que la parentela no llega hasta ese punto pero mas o menos es un primo segundo lejano o algo así.
Y cuando no estábamos juntando lombrices, pescando, cazando o plantando árboles o alguna de esas cosas similares, se nos daba por patear una pelota. La mayoría de las veces era con gente que yo no conocía ni quería conocer.
Era gente de otro barrio donde ellos eran los locales y yo no estaba para ser golpeado.

Toro en mi rodeo, torazo en rodeo ajeno.

Ante una de estas problemáticas cierta tarde de primavera nos ponemos a jugar un picadito y ante el ruido se entró a acercar gente, la cancha estaba a tope! 9 contra 9 y algunos de los jugadores, eran gente grande!
En estas circunstancias no me gustaba jugar en mi posición como defensor izquierdo por afuera o de 5 tirado a la izquierda. En mi cabeza siempre fui muy habilidoso y muy rápido, cosa que empecé a dudar en el último tiempo. La cosa está en que bajo esas características no me gustaba demostrar futbol por que los grandes te ponían, y si me dolía yo lloraba... y eso no podía pasar. Por lo que me adelantaba a todos y pedía el arco. Lugar de exclusión, lugar odiado por todos! pero un lugar de comodidad y si sacaba dos pelotas era el héroe del día! y volvía contento a casa, no lastimado y moqueando.

El mejor recuerdo que tengo de esa tarde en particular, es de un señor que venía en punta solo hacia el arco, mi arco!
yo salgo a achicar y gano la dividida. Habían pasado unas dos horas de juego y estaban todos fulminados! yo no... yo era arquero! yo no me movía! por lo que salgo jugando y buscando donde descargar. Todos me gritaban seguí corriendo! corre, corre!
A lo que envalentonado por mis compañeros de equipo y pasar a la carrera el medio campo sin oposición y sacándole ventaja a los dos defensores, me cruzo a la derecha para plantarme y pegarle. Como me decía papá, al arco y fuerte, si te sale apuntas... el arquero la roza con la mano izquierda en el achique y la pelota me vuelve al pie después de pegar en el palo. Le pego de nuevo y la pelota da en el arquero, travesaño y sale. Vuelvo corriendo a mi arco, mis compañeros querían que me quede al córner y lo haga. Ganabamos 17 a 5 pero yo no quería hacer un gol, yo quería volver a casa contento.




No hay comentarios:

Publicar un comentario