Hoy lloré de la bronca. Es domingo, hoy puedo finalmente dormir. No es hambre, no es sed.
No sé que más hacer.
Le gritó, lo pongo en penitencia. Le dejo de dar lomitos de atún al natural.
No sé que mas hacer!
Fue una total sorpresa cuando el lunes nuevamente se levantó a los gritos pelados y ya acostumbrado salté de la cama, sentí el frío del aire acondicionado del piso de arriba mientras caía el vecino sobre lo que era mí cama.
Norberto se me subió encima como diciendo, de nada. Siguió temblando y yo despierto como estaba, con norber en brazos, salí tranquilamente por la puerta principal. Gané la carrera al parecer, fui el último y el único en pasar por el dindel con el busto de palas que está al ingreso de calle del edificio.
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