domingo, 2 de abril de 2023

los viajes mortales

Cada tantos años uno de los numerosos primos de la familia, envía ese mensaje. 
Todos sabemos lo que significa ese mensaje.
Reunión, asado, vino y pesca.

Arrancó la tradición con mí tatarabuelo, cuyos hermanos a quienes no veía hace bastante armaron una reunión de pesca y asado, se descostillaron de risa y cuento va chacareta viene... y a la semana, el viejo PUM! la quedó de un síncope. 

Siguió con mí bisabuelo con una calcada historia a la anterior. Cosa de mandinga dirá, pero una cosa de locos la repetición de esa muerte.

Y así sucedió sucesivamente hasta mis días. 

Corría septiembre del 2022, hacía calor y mí primo envío un mensaje con un picor en las manos, estaba por ser padre. Padre primerizo, un padre avergonzado sin experiencia, ni norte.

Quería ver a los patriarcas de la familia, quería ser parte de eso, que le den las bendiciones, consejos y las indicaciones. 
Mí padre fue el primero que aceptó. Cómo el más grande del portador de apellido debía hacerlo.

Así generalmente comienzan las tragedias para nosotros. 

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